—¿Crees que me he venido de Lauros a Madrid en busca de un colchón o por temor al viento, me ves cara de airbag o de paracaídas?
—No se a qué te refieres, Batania.
—¿Crees que soy elástico como un chicle o moldeable como la arcilla, me adviertes vocación de pacto o de poltrona, quieres que me traicione?
—No sé por qué te pones así.
—¿Crees que prefiero el poco al mucho, que tengo pasión por las seguridades, que creo en la palabra límite, que soy una persona que se conforma?
—No sé adónde quieres llegar.
—Que no me vuelvas a decir que tengo que votar en las elecciones, ahí es donde quiero llegar, y menos con esos argumentos tuyos llenos de almenos y porsiacasos, que son argumentos de resignados y cobardes. Vota tú si quieres y cumple tus sueños de mínimos, pero deja en paz a los que vamos a por los máximos.