DICE ESTA noticia de la Cadena Ser (AQUÍ) que ChatGPT ya ha creado una IA que escribe mejor que el 99% de la gente (mejor que una, por tanto). Pero eso ya se veía venir. El escritor más grande de todos, Shakespeare, se pasa toda su obra haciéndose líricamente el ingenioso, hasta sus personajes más sencillos resulta que son ingeniosos y líricos, se nota a leguas que en sus obras existe una mano uniforme que mece la cuna. El novelista más grande de todos, Dostoyevski, parece que ha creado muchos personajes impresionantes, pero poco a poco te das cuenta de que son el mismo, de que siempre crea personajes desquiciados, entre lo angelical y lo satánico, que son una prolongación del propio Dostoyevski, que está detrás y no puede salir de sí mismo. Y qué decir del sublime sin interrupción Oscar Wilde: hasta sus contemporáneos le reprochaban escribir “con la maquinita de La Rochefoucauld”, la misma maquinita de todos los aforistas occidentales, que consiste en dar la vuelta mecánicamente a los conceptos comunes, con vistas a producir aforismos supuestamente insólitos que, después de trescientos en serie, suenan ya tan trillados como los anteriores.
Escucho que se dice: “Es una vergüenza que los robots de IA nos copien a los humanos”. Mentira. Nunca hemos sido solo humanos, sino robots también. A ver por qué me voy a quedar yo aquí, viviendo sola con mis dos gatos, si los humanos sois tan complejos como decís. Las IAs copiando a humanos son simples robots que copian a otros robots, y, como se está demostrando, a los robots IA les ha costado bien poco volverse mejores que los robots humanos.
...y ya adelanto que estoy más que dispuesta a renunciar a todos mis derechos políticos en favor de una IA que me represente ¿eh? Los robots humanos ya hemos dispuesto de bastante tiempo, algo así como doscientos mil años desde el surgimiento del Homo Sapiens, y en todo lugar y época hemos demostrado que somos incapaces de salir de las patrañas de sexo, género, clase, raza, religión o patria (hasta la antaño izquierda se inventó la “interseccionalidad” para ser de derechas sin que se note), por lo que si delegamos en una IA que no esté viciada de origen como nosotros, que carezca de los prejuicios inherentes a nuestras biografías, podríamos disponer con el máximo de neutralidad de unas soluciones con las que saldríamos todos beneficiados.