Ninguna conquista salvo la de la pasividad


NO ME gustar铆a que el pr贸ximo Napole贸n Bonaparte fuera mujer pero s铆 que la pr贸xima Marilyn Monroe fuera hombre. Elim铆nese el maltrato, elim铆nese la desigualdad social, elim铆nese la educaci贸n sexista, pero no se diga que la pasividad o el papel secundario en que han vivido las mujeres es necesariamente algo malo, porque el papel hist贸rico que ha desempe帽ado la mujer es mucho mejor que el que ha desempe帽ado el hombre. ¡Ojal谩 los hombres hubieran aprendido los valores de la pasividad y no hubieran conquistado las Galias ni luchado en las guerras de religi贸n ni saqueado Am茅rica ni 脕frica ni lanzado las bombas at贸micas! No son las mujeres las que tienen que invadir los territorios deplorables que se han atribuido hist贸ricamente a los hombres, sino que somos los hombres los que tenemos que invadir los atribuidos a las mujeres: somos nosotros los que tenemos que aprender a ser pasivos, a disfrutar de papeles secundarios; somos nosotros los que debemos des-ambicionarnos, arrancarnos la mugre del “llegar a ser alguien” y dedicarnos a ser cuidadores o escuchadores, ¡somos los hombres los que en las guerras debemos ser los enfermeros! 

—Pero entonces, Batania, si los hombres nos dedic谩ramos a ser enfermeros, no habr铆a nadie que luchara por nuestra amada patria.
—Esa es la idea.