NUNCA ME voy a olvidar de que los medios españoles progubernamentales, durante los primeros meses de la crisis del coronavirus, renunciaron al periodismo y trataron de presentar la pandemia como la caída inopinada de un meteorito en España. Ante esta desgracia inevitable, nos sugirieron sus plumillas, la buena gente se une y se solidariza, pero los oportunistas y carroñeros critican y tratan de sacar provecho. "España es el único país del mundo donde la oposición ataca al gobierno a cuenta de la pandemia", nos decían sus corifeos, que solo deben leer diarios españoles (la realidad es que tanto la oposición estadounidense, británica o brasileña cayeron sobre Trump, Boris Johnson o Bolsonaro con mayor virulencia que sobre Sánchez).

La izquierda española oficial es la misma bola de grasa que la derecha. Los medios de izquierdas son tan pinochianos (de Pinocho, no de Pinochet) como los de derechas. La lucha ideológica en España es como un partido Real Madrid vs Barcelona: no hay votantes, solo hinchas; no hay individuos, solo aficiones; no hay intención de llegar a un acuerdo, solo la de mantener el enfrentamiento una vez que se han olvidado sus causas.