…Y YA lo que me hace morir de la risa es que, después de criticar a la belleza física por “superficial”, se ponga como ejemplo de personas no superficiales, espejos en los que ha de mirarse la sociedad… ¡a los escritores, que salvando alguno que otro son una reunión de pirañas que no se aguantan ni a sí mismos! Yo también soy escritor: dame la palabra y verás qué rápido empiezo a criticar, pues desde que estaba en la tripa de mi madre ya todo me parecía mal, hasta yo mismo me parezco mal. No tengo más que leer la obra confesional de algunas de mis escritoras favoritas, Virginia Woolf, Sylvia Plath, Marina Tsvetáyeva, Alejandra Pizarnik, Elena Garro, Anne Sexton, para ver por todos los lados carencias emocionales y tiburones psicológicos: preferiría dejarme azotar durante una semana antes que tener una cita con alguna mujer de ese tipo. De los hombres lo mismo: si alguna mujer me dijera que va a tener una cita con especímenes del tipo de Charles Bukowski, Arthur Rimbaud, Friedrich Nietzsche, Giovanni Papini, Arthur Schopenhauer o Emile Cioran, por decir algunos autores excelentes que se las traen, trataría de disuadirlas, porque no hay más que leer sus páginas para darse cuenta de que son tóxicos, de que carecen de inteligencia afectiva, de que son personas de trato imposible, ¡los libros son el único lugar donde se puede disfrutar de los escritores, me refiero al único lugar donde puedes recoger su miel y evitarte sus aguijones!