UN DETALLE que me ha dejado con la boca abierta, este creo que lo he leído en Gibbon, no sé si en el texto principal o en las notas a pie de página de Decadencia y caída del Imperio Romano. Ahí se decía que diversos escritores de la Antigüedad nos han transmitido que los germanos, como no sabían hacer puentes, aprovechaban la llegada del invierno, época en el que el río Rin se congelaba, para pasar de un lado a otro y hacer incursiones de pillaje. Este hecho volvía locos a los investigadores modernos, que dudaban de su veracidad, pues ¿cómo es que hace dos mil años el Rin se congelaba al punto de que podía pasar un caballo sobre él y, en cambio, en la actualidad jamás se hiela? Pero de nuevo se probó que los escritores antiguos no mentían y que la contradicción se explicaba por la masa deforestada: al parecer, en los dos mil últimos años Alemania ha perdido millones de hectáreas de bosque, lo que ha provocado que su temperatura general suba unos grados y el Rin deje de helarse. Alemania se encuentra en la misma parte del hemisferio que por ejemplo Canadá, pero Canadá no ha perdido la mayoría de su masa arbolada y por eso gran parte de su territorio conserva una temperatura más fría, la misma que los germanos de hace dos mil años.
Nada más leer esto, pensé de inmediato en la polémica entre Macron y Bolsonaro, cuando el presidente francés le espetó al brasileño que la Amazonia no era un bien exclusivamente brasileño sino “planetario”, lo que Bolsonaro negaba. Macron tenía razón, pero era el menos indicado para hablar. ¿Quiénes son los europeos, que se han dedicado durante siglos a talar la Amazonia europea hasta acabar con ella, para decirles a los americanos que no deben acabar con la suya?