ME TOC脫 ser presidente, hace dos d茅cadas, de una mesa electoral en Lauros, y puedo decir que las posibilidades de fraude son casi inexistentes, incluso en el caso de que votes a un partido peque帽o de esos que no llevan apoderados a las mesas. Las denuncias de tongo electoral por parte de algunos votantes de Vox no son privativas de la ultraderecha: hace tres a帽os fueron votantes de Podemos los que colgaron v铆deos en las redes sobre un supuesto pucherazo, creando una conspiranoia de tal calibre que hasta tuvo que salir Pablo Iglesias a desmentirlo. Estas acusaciones de fraude nacen, en mi opini贸n, de la impotencia de la derrota, y son inventadas por personas que viven en parroquias donde todo el mundo es como ellos, piensa lo que ellos y vota como ellos. Si yo voto a X, si todos mis amigos votan a X, si toda mi familia y conocidos votan a X, ¿c贸mo hemos podido tener unos resultados tan pobres?, se preguntan con irritaci贸n estos votantes, cuando en realidad, si fueran autocr铆ticos, tendr铆an que hacerse una pregunta muy distinta: ¿c贸mo podemos ser tan primates y fan谩ticos y sandios que, habiendo cinco partidos grandes en Espa帽a y hasta siete u ocho en algunas comunidades aut贸nomas, las 煤nicas personas que conocemos son aquellas que piensan como nosotros y votan como nosotros?