EL COVID es el mayor maracanazo que ha sufrido el homo sapiens en la época contemporánea, un virus que ha sobrepasado las chozas de paja y los techos de bálago y se ha infiltrado hasta en las ciudades más poderosas y en las alfombras rojas de los mejores palacios: durante mucho tiempo la OMS situó el epicentro del virus en la ciudad de Nueva York y hasta el Príncipe de Gales y el premier británico se contagiaron. Es cosa sabida que hubo otras pestes y otras enfermedades, a veces mucho más peligrosas, pero sucedieron en épocas donde el ser humano era todavía un ser temeroso de Dios y la naturaleza, un ser que rezaba y se arrodillaba y temía por el mañana.
¿Es el coronavirus el karma del planeta? ¿Es un castigo de Dios? No, simplemente es un baño de humildad. Un aviso a la soberbia de la especie. Una lección.